miércoles, 4 de diciembre de 2013

Literatura: El Juego de Ender - Orson Scott Card (1985)



Aprovechando el tirón de la película que se proyecta actualmente basada en la primera de las novelas de la saga que recibe el mismo nombre (La Saga de Ender) del gran Orson Scott Card, voy a hacer la primera de las entradas de este blog dedicado a las novelas más relevantes, según mi punto de vista, del género de Ciencia Ficción. Género siempre considerado menor por los expertor literarios los cuales deberían a veces gastar sus índices pasando páginas de algunas de este tipo de obras, que deberían ser considerados incunables de la literatura universal. Y una de ellas, por supuesto, debería ser "El juego de Ender" o cualquiera de las novelas de este prolífico autor e interesante terrícola. 
El Juego de Ender fue publicada en 1985, recibiendo en 1985 y 1986 dos de los galardones más importantes en el género de la ciencia ficción los premios Hugo y Nébula, y realmente no tengo ni idea de cuando fue publicada en España pues a mis manos llegó en el año 1994 aunque supongo que estaría publicada con anterioridad. Tuve la oportunidad de leerla en una época de mi vida en la cual disponía de mucho tiempo y el mejor modo de aprovechar éste era leyendo sin cesar todo lo que me llegaba a las manos. En 1994, tenía 23 años y me encontraba (no me da verguenza decirlo aunque reconocerlo en estos tiempos es casi estigmático) haciendo el servicio militar obligatorio. ¿Por qué hice el servicio militar y no la prestación social? Eso mismo me lo pregunté muchas veces, sobre todo en el momento en el que me encontré en la puerta de un "supercuartel" en Madrid a punto de perder mi cabellera y cualquier signo de individualidad en mi apariencia externa al traspasar la barrera de dicho cuartel. La verdad es que hice el servicio militar porque, aunque odiaba todo lo castrense, más odiaba y odio la burocracia, y en esos momentos la procastía me invadía y fui incapaz de realizar todos los trámites precisos y a tiempo para la prestación. Pero como de todo se aprende, lo cierto es que lo que me llevé de mi estancia de nueve meses fue el conocer a este gran autor y sus obras, las cuales fui devorando una a una a medida que mi compañero de desdicha militar, que ahora menciono como tributo a él por descubrirme a este genio de la literatura Luis Moreno Monllor, fue prestándome.
Ya era aficionado a la lectura y a la ciencia ficción, como buen hijo de los 70, tiempo en el que proliferaron muchas novelas de este género, algunas de dudosa calidad pero todas poseedoras de una gran poder de evasión, que es lo que siempre he buscado. 
La primera diferencia que encontré en "El juego de Ender" o en cualquiera de las novelas de OSC (Orson Scott Card) es la importancia que le daba a la relaciones y a los sentimientos de sus personajes, cosa poco habitual en las novelas del género que había leído hasta el momento. Otra de las cosas que despertaron mi atención fue que, aunque en principio puede parecer una historia belicista realmente es todo lo contrario, rezuma antibelicismo, virtud, moral y religiosidad (algo que comprendí cuando conocí la vida y milagros de su creador) No voy a seguir enumerando por qué considero es una novela excepcional, ya que, si "El Juego de Ender" tiene todos los ingredientes de una buena historia de ciencia ficción, los siguientes libros de la saga superan a éste aunque siempre hay que, después de leer toda la saga, volver a releerlo.
Todavía recuerdo la noche que pasé leyéndolo de cabo a rabo en cuatro guardias nocturas de dos horas consecutivas que me metí en el cuerpo por hacer un favor a unos y por mi propio beneficio las otras dos, ya que las guardias se compraban y vendían como todo en este mundillo pestilente.
Recuerdo que al igual que mi amigo Luis, me corte la parte superior del dedo índice del guante de la mano derecha (el frío en áquel cuartel de Madrid era terrible) para poder pasar los hojas sin que el resto de la mano se entumeciera. Recuerdo la infancia de Ender, la difícil relación con su hermano mayor Peter (el que luego se convertiría en el Hegemón, personaje fundamental en la novela) y la íntensa y tierna relación con su otra hermana Valentine, las impresionantes descripciones de los entrenamientos en la "Escuela de batalla" en gravedad 0, las simulaciones (que luego no lo eran) de batallas contra los"Insectores" en la academia, el abatimiento de un niño de 12 años cuando descubre que ha sido manipulado para convertirse en el artífice del mayor genocidio de la historia del Universo. Héroe y villano.
La utilización de los niños en los conflictos bélicos en aquellos tiempos, en los nuestros, y en el futuro en el que está encuadrada la historia, los ataques preventivos que tan en boga están en estos últimos años, todo ello es tratado por OSC con genial maestría para llevarnos a conclusiones muy interesantes.
Una novela muy recomendable. Hay que leerla, releerla y por supuesto ver la película. 
Pero no quiero dejarlo aquí, así que en los próximos días seguiré haciendo entradas para hablaros un poco más del escritor Orson y de mi punto de vista de la película que ha tardado más 25 años en poderse realizarse, ya que nadie se atrevía, ni había medios tecnológicos para poder llevarla a la gran pantalla, aunque os adelanto, que como total adorador de la novela, me ha parecido una buena realización porque  considero era un reto difícil de asumir. 

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